Desde hace rato le vengo dando vuelta a esto del por qué Venezuela, a pesar
de sus grandes esfuerzos de los últimos catorce años por optimizar el turismo,
todavía no se “rankea” con otros países de la región. Alguien me decía que
tiene que ver con los altos índices de inseguridad y criminalidad. Si es cierto
que poseemos unas estadísticas nada favorables en esta materia, me atrevo a
decir que no es una limitante para el turismo receptivo. Veamos el caso de
México, en donde se ubican las ciudades hoy por hoy más peligrosas del
continente. Aquí cerquita está Colombia donde todavía la guerrilla, el
narcotráfico y los paramilitares mantienen a esa nación dentro del listado de
países con alto riesgo para los visitantes. No escapan ciudades como Sao Paulo
y Río, grandes urbes suramericanas pero llenas también de problemas y con
grandes brechas sociales.
Otro amigo me comentaba que por lo de la inflación y el problema del
control de cambio. Después de Venezuela, la inflación más alta de la región la
posee Argentina que, por cierto también tiene un control cambiario, y el año
pasado (2012) recibió a más de cinco millones de turistas extranjeros. Y si
vamos al caso, tener un control cambiario beneficia a que los visitantes
extranjeros vengan en camadas porque saben muchos de ellos que podrían cambiar
sus divisas en el mercado negro y así les rinden más.
En una reunión que mantuve recientemente un representante de otro país le
decía a un funcionario de turismo que sí, cierto hay otros países de la región
que tienen más inseguridad que el nuestro pero que poseen una mayor y mejor
infraestructura turística la cual no se representa únicamente en hoteles sino
también en otros servicios y productos que conforman el sistema turístico de un
país. Algunos de ellos son:
Transporte aéreo, marítimo y
terrestre seguro, de calidad y diverso. Venezuela ha incrementado
considerablemente estos servicios pero a mi parecer quedan más en cantidad más
no en calidad. Caracas tiene quizás, más medios de transportes masivos que
cualquier otra ciudad capital latinoamericana pero en su gran mayoría están
enfocados a ofrecer una mejor movilidad al caraqueño y no al turista. El metro
de Caracas es moderno y limpio pero no tiene un solo mapa de bolsillo. Existe
una perenne anarquía en los terminales terrestres en donde las líneas privadas
de expresos carecen de servicios de ayuda al turista. Los aeropuertos
nacionales han mejorado sus niveles de calidad pero siguen siendo para muchos
una pesadilla. Basta con llegar al Simón Bolívar para ver la diferencia en
atención al cliente en comparación con otros aeropuertos capitales del
continente.
Vialidad. Para el turista no basta con que las carreteras y autopistas
estén bien asfaltadas sino que también posean las señalizaciones apropiadas
para guiar al visitante a los lugares y atractivos turísticos. Que ofrezcan
ayuda permanente al turista. Un sistema vial seguro, alumbrado y con buenos
estándares de calidad que hagan del viaje un atractivo.
Servicios públicos. La electricidad, agua, gas, telefonía e Internet son
tan importantes como un buen hotel. Y, ¿De qué vale tener un excelente hotel si
no tenemos agua en las habitaciones o se nos va la luz en plena conferencia? He
visto cómo cierran algunas alas de los aeropuertos porque no hay agua y he
presenciado como en algunos de ellos hay fallas en el sistema eléctrico. Ofrecer
hoy día un buen servicio de telefonía celular y de internet es esencial para el
visitante tanto extranjero como doméstico. Carecemos de buenos proyectos de
mapas virtuales de nuestras ciudades y sus atractivos. La página web del
Ministerio de Turismo venezolano es más una página de información institucional
que de información turística al visitante. Han salido nuevos intentos como el
más reciente proyecto de Venezuela Chévere pero cuesta posicionarlo como el
sitio web oficial para el turista. MINTUR y sus organismos adscritos tienen
todos páginas web, muy pocas en otros idiomas, lo que puede hacer difícil al
turista extranjero su búsqueda de servicios y productos. Todavía muchos
aeropuertos, hoteles y sitios de interés no ofrecen conexiones inalámbricas
gratuitas para sus visitantes, esto pareciera un lujo pero en pleno siglo XXI
no lo es y aunque no se crea, afecta la estadía del turista.
Servicios de salud y de seguridad. Brindarle al turista seguridad y buena atención
médica convierte a un país en un sitio seguro para la visita y el
desplazamiento. Los módulos de atención al turista con un mismo criterio de
información deben estar en todos los puntos estratégicos, incluso una buena
idea sería que fuesen módulos integrales conformados por los funcionarios de
seguridad, salud y turismo del Estado. En estos espacios deben trabajar
personas altamente capacitadas para atender al visitante, que posean un
excelente nivel de trato con el público, componente idiomático y buena
disposición por lo que hace.
Calidad en el servicio. Muchos piensan que el talento humano no es parte de
la infraestructura turística pero sin duda alguna, este es uno de los elementos
más importantes de todo este conjunto. Sin buena atención no hay recepción. Son
quejas constantes de los turistas en relación al trato que reciben por parte de
los prestadores de servicios. Desde que entran al aeropuerto hasta que salen
del país un poco decepcionados de tal trato. Para enmendar este problema se
debe contar con un sistema constante y bien coordinado de capacitación,
formación y entrenamiento al prestador de servicio. Que sea casi de forma
obligatoria que todo aquel que desee trabajar en turismo sea formado y
certificado por el Estado a través de sus organismos competentes. El taxista,
el vendedor, el personal de las aerolíneas, el mesonero, el vendedor de playa,
entre otros deben ser instruidos en cómo brindar y recibir un buen servicio.
Esto es fundamental y si no afrontamos este problema con urgencia seguiremos
careciendo de infraestructura.
Venezuela tiene una geografía única y envidiable que nos pueden convertir
en un fuerte competidor del turismo receptivo no solo de la región sino del
mundo entero. No es la inseguridad, aunque debemos trabajar en eso para
minimizarla al máximo. No es la inflación, sin embargo pega en los bolsillos de
algunos turistas. Debemos mejorar nuestra infraestructura, nuestra disposición
y nuestra cultura turística. Cuando esto suceda tendremos empezaremos a obtener
buenas entradas por concepto de turismo receptivo en nuestro país y dejaremos
de depender poco a poco del ingreso de la renta petrolera.
Ciro García
@cirojoe